Terminamos ya agosto y, en pocos días, con la entrada de septiembre, asistiremos a algo que ya es un clásico de todas las editoriales en nuestro país: la puesta a la venta de los coleccionables. Se ve que hay algo que lleva a pensar a esta industria que la llegada del otoño hace que queramos coleccionar cosas, pero muyyyy poquito a poco, casi de forma interminable; así que ala, todas a una, empiezan a sacar toda clase de artilugios, juguetes, manualidades y publicaciones para ir realizándolas semana a semana, a veces en un proceso casi interminable, debo añadir (la verdad es que en ocasiones se hace demasiado largo).

Sin embargo, más allá de esta curioso costumbre y el hecho de que se genere, lo que más echo de menos es la variedad en las ofertas. Vaya por delante que no soy mucho de hacer este tipo de coleccionables, por lo general me canso bastante pronto, pero me da por pensar en los miles de aficionados a ellos que debe haber (no pueden ser pocos, o este negocio no saldría a cuenta), y me pregunto: ¿no estarán cansados de hacer siempre las mismas cosas,  de ver cómo se repiten año tras año? A veces la novedad atrae más que el tipo de actividad en sí.

Por ejemplo, si hablamos en exclusiva de literatura, siempre se dan los mismos temas: filósofos de siempre, maestros del terror, bibliografía de algunas autoras románticas… vamos, lo mismo de siempre. ¿Quizá podamos esperar que los temas se actualicen y vayan acorde con lo que demanda la actualidad? Por ejemplo, en esta época donde las lesbianas están adquiriendo renombre y empiezan a hacerse incluso más visibles que los gays, ¿no estaría bien un monográfico sobre homosexualidad femenina? Quizá algunas autoras, o ensayistas, o profesionales de algún tipo, o incluso aquellas que lo viven en carne propia, podrían tener algo que decir sobre el asunto, y querer compatirlo con las demás.

Los temas sobre homosexualidad, tanto masculina como femenina, no suelen ser de frecuente aparecer en librerias y kioscos, pero en realidad, cuando hay tantas noticias sobre desigualdades y discriminación, quizá habrá pocos temas que estén tan de rabiosa actualidad; y, si cabe, cuando se trata de las mujeres, todavía es más difícil de tratar. Sin embargo, no es algo que ya nos resulte raro ni mucho menos, y los que nos manejamos por internet lo tenemos muy claro: incluso en todos esos anuncios emergentes de tipo xxx que nos salen en nuestra navegación web, cada vez son más frecuentes que aparezcan aquellos que te llevan al porno lesbico, como lesbianashd.com. No sé si es porque al público le interesa más, o porque por cualquier otra razón sale rentable ahora tirar de eso, pero la realidad no puede negarse; y el mercado de los libros debería fijarse en estas cosas al realizar sus ofertas, sobre todo si son al por mayor y a largo plazo, como es el caso de las colecciones.

Todo esto, por supuesto, no son más que sugerencias; no es que haya hecho un estudio sobre intereses sociales, ni mucho menos entre los lectores de este país, que al parecer cada vez son menos según las estadísticas (ojo al dato, que sí que es importante). Esa no es mi tarea, pero quizá podría ser una para las editoriales y sus estudios de mercado, que los haría más simples y más eficientes. Puede que en general las tortilleras y los gays no acaben de interesar tanto a la sociedad como quisieran, pero sin duda otros asuntos sí interesan; y quizá hacer colecciones sobre esos asuntos, todavía más.